Gentlemen start your engines, and may the best woman win!
Y con estas 10 palabras la comunidad gay enloqueció.
Para una gran parte de la comunidad LGTB la música, en especial el pop, es «nuestro futbol», y que Lady Gaga saque un disco o que Britney Spears se rape el pelo nos emociona tanto como a un hétero el 12-0 de España-Malta o la final de la Eurocopa; por eso cuando en un programa saben tanto como nosotros y representan a gays y transexuales mucho mejor que cientos de series y películas de «temática», el programa es muy susceptible de conseguir el apoyo del colectivo.
RuPaul es una drag queen que en los 90 alcanzó la fama con sus singles pegadizos con estrellas como Elton John, que llegó a conducir su programa de entrevistas en el canal VH1 y apareció en series como Sabrina cosas de brujas, Walker Texas Ranger y Saturday Night Life, entre otros. Tras consolidar su carrera y junto a la cadena Logo, lanzaron RuPaul’s Drag Race, un reality-competición entre drag queens con la misión de buscar a la siguiente superestrella drag.
Sin demasiados medios (su primera temporada parece grabada en el 85 y es de 2008) y aprendiendo a ver lo que funcionaba sobre la marcha, poco a poco despertó el interés del público, no por el morbo de ver choques entre los concursantes, sino por el humor de las pruebas, las críticas de los jueces y un casting de los participantes que siempre sorprendía y expandía la idea preconcebida que alguien puede tener de lo que es una drag queen. No es una serie o película en la que tras un rato de historia (casi siempre heterosexual) se le dedica unos segundos a un personaje «lgtb» sino que los participantes de la competición son personas reales que hablan de sus experiencias pasadas, y hay casos para todo tipo: algunos son aceptados por sus familias, otros siguen en el armario por miedo al rechazo, otros eran maltratados física y psicologicamente por sus compañeros de colegio, instituto e incluso familiares, algunos luchan contra el SIDA, se plantean un cambio de sexo, pasarón por la carcel… absolutamente de todo.
El show es 100% gay y orgulloso de serlo, y pese a tener una estructura repetitiva, es todo tan diferente de un programa a otro por el humor que cada concursante trae, las pruebas que les ponen para que demuestren su arte al hacer su propia ropa, monólogos, sketches tipo SNL, o cualquier locura que se les ocurra, que ha conectado con el espectador y lo ha enganchado hasta llegar a su 10ª temporada (8 regulares más 2 especiales que reunían a participantes que no habían ganado en su año pero que merecían otra oportunidad), le ha permitido a RuPaul conseguir un emmy recientemente como mejor conductor de un concurso y ha permitido que por él hayan desfilado ya 100 drag queens.
Gracias a su alcance ahora ser drag queen es un trabajo a tiempo completo para muchos de ellos, recorren el mundo con sus actuaciones, y lanzan productos y singles que consiguen éxito, no un éxito «mainstream» de millones pero un éxito que les permita vivir de su personaje. Del programa han salido artistas de todo tipo, desde imitadores de estrellas (de Cher, de Britney Spears, de Madonna…), a actores, a cantantes, a modelos, a representantes de marcas como Loreal… pero ya ire hablando de mis favoritas y de su trabajo poco a poco en el blog, pero tu puedes engancharte desde ya en Netflix donde están la mayoría de las temporadas, en el canal de World of Wonder (la productora) en Youtube y vayas por donde vayas ya que sus seguidores están en DevianArt creando de todo, en Pinterest compartiendo millones de fotos, en Twitter donde tienen cientos de miles de seguidores.
Espero que te engancges, yo lo estoy y lo compartiré, and now Sashay Away.